Si estás pensando en vender una casa para recuperar cierta liquidez o para reinvertir en una vivienda nueva, tienes que tener en cuenta los gastos que corresponden a la parte del vendedor, entre los que se incluyen impuestos. En concreto, la venta de un inmueble supone el pago de tres impuestos: uno que tiene que estar liquidado en el momento de la venta y dos más que hay que pagar cuando se haya vendido el inmueble.